¿Más paraguayo que la mandioca?
- Por Caio Scavone
- 3 nov 2016
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Es de origen incierto, pero los paraguayos también consideramos al Paraguay como país originario de uno de los tubérculos muy consumidos en el mundo entero como es la mandioca (Maniot esculenta).
Escuchamos que el Brasil es el origen de esta productiva planta en su zona central y su región sureste y los portugueses fueron los encargados de su primera y enorme difusión al resto del mundo. También se habla de México como país de origen y desde donde se diseminó su cultivo. Los incas ya la plantaban desde unos 4.000 años atrás y se estima que los Mayas del Yucatán fueron los primeros en cultivar la mandioca por lo que también es conocido el vegetal como yuca.
De lo que no queda nada de duda es la importancia que tiene la mandioca para la alimentación del ser humano, tan fundamental como otros alimentos originarios de la América precolombina como la papa, el girasol, el tomate, el frijol y el maíz. Todas estas especies de gran valor alimenticio y comercial fueron propagadas a todas las regiones tropicales y subtropicales del Asia, África y países caribeños.
El próximo viernes 4 de noviembre se festejará el Día de la Mandioca en este país. Es alto componente de la denominada “agricultura familiar” (AF) por las toneladas producidas y la superficie de siembra. La AF cultiva unas 162.000 hectáreas de las 171.000 hectáreas de mandiocas existentes en el país y se obtienen, en las chacras familiares, unas 2.076.000 toneladas de las 2.220.000 que tenemos en el país como producción total.
Estas cifras cantan que la mandioca es uno de los cultivos que marca la diferencia en cuanto a cantidad de área sembrada en el Paraguay como el alimento que ocupa el sitial principal. La industria también se nutre de este rubro y el almidón desprendido de las raíces de la mandioca consiste en un rubro de exportación que tiene el país. La mandioca, el poroto y el maíz son los símbolos agrícolas que tiene la agricultura familiar criolla tras la desaparición del algodón. La mandioca producida en las fincas campesinas constituye el 95 % del total producido en el Paraguay.
Se encuentran dos grandes grupos de mandioca, las variedades dulces y amargas. Las primeras son las consumidas previamente cocinadas para cedernos carbohidratos, vitamina C y del grupo B, aporta magnesio, hierro, calcio y al no contener gluten pueden consumir los celiacos. Las hojas de la mandioca dulce constituyen una formidable fuente de 5% a 8 % de proteína, tienen buen nivel de vitamina C y unos colorantes que pueden darse a las gallinas ponedoras para que sus yemas tengan un excelente pigmento rojo. Las amargas no pierden su toxicidad ni aun después de ser hervidas.
Una tonelada de mandioca puede dar hasta unos 280 litros de alcohol absoluto contra los 70 litros que puede entregar la tonelada de caña de azúcar y rinde hasta un 30% de almidón. Su consumo alivia la jaqueca, alimenta a millones de personas en el mundo (tortillas, frita, croquetas, puré, lampreado, pastel, pastelón y dulces), reduce el nivel del colesterol, atenúa la hipertensión, es un excelente alimento animal y no necesita de suelos tan fértiles para su producción. El promedio paraguayo está en las míseras 17,5 toneladas por hectárea, cifra que tendrá que subir a unas 50 Ton./ha una vez que el servicio de Extensión Agrícola del MAG funcione antes que llegue a su extinción total.
Hablar de la mandioca equivale a hablar del Paraguay, con el mismo valor de identidad que tiene el tereré, su siesta, su desidia, el calor, la hamaca y su corrupción.
Vaya este pequeño homenaje a este ícono de la agricultura familiar paraguaya para el canó, pomberí, señorita, meza-i, chará, tacuara, yerutí, caballero, pytã’i, yacaratiá y a las otras variedades que salvan, en parte, a la gran hambruna del Paraguay...
Fuente: www.abc.com.py/