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Los carroñeros continúan al acecho

  • Foto del escritor: R Itape
    R Itape
  • 18 dic 2016
  • 4 Min. de lectura

Los promotores de la enmienda inconstitucional confían en que su aventura llegue a feliz término debido al hartazgo de la ciudadanía. Si no presentaron su insensato proyecto en la última sesión del Senado, de seguro es porque les faltaban los votos necesarios para aprobar el proyecto de ley que retorcerá la Constitución; pero nada indica que hayan desistido de su empeño. Los viejos y los nuevos carroñeros continúan al acecho. Según la expresidenta de la ANR, Lilian Samaniego, el proyecto de enmienda se puede presentar “en cualquier momento”, “hoy, mañana; puede ser este año o más adelante”. O sea que la espada de Damocles seguiría pendiendo sobre la cabeza de los paraguayos por tiempo indeterminado, hasta que los reeleccionistas logren comprar a billetazo limpio al senador o los senadores cuyos votos requieren para tener la mayoría indispensable. La consigna de esta lúgubre hora para los ciudadanos y ciudadanas de bien que están decididos a luchar para impedir la violación de la Constitución es mantener toda la atención sobre los senadores dubitativos o los que están siendo tentados con cuantiosos sobornos y promesas.


Los promotores de la enmienda inconstitucional confían en que su aventura llegue a feliz término debido al hartazgo de la ciudadanía. Si no presentaron su insensato proyecto en la última sesión del Senado, de seguro es porque les faltaban los votos necesarios para aprobar el proyecto de ley que retorcerá la Constitución; pero nada indica que hayan desistido de su empeño. Los viejos y los nuevos carroñeros continúan al acecho.


Tras el tanteo realizado el pasado jueves, la expresidenta del Partido Colorado, Lilian Samaniego, anunció que los promotores de la enmienda no han abortado la iniciativa sino que la presentarán “en el momento oportuno”, porque “no están apurados”. Según alardeó, pueden hacerlo “hoy, mañana; puede ser este año o más adelante”, ya que el cartismo tiene “todo el tiempo del mundo”. O sea que la espada de Damocles seguiría pendiendo sobre la cabeza de los paraguayos por tiempo indeterminado, hasta que los reeleccionistas logren comprar a billetazo limpio al senador o los senadores cuyos votos requieren para tener la mayoría indispensable.


Otro factor con el que los reeleccionistas estarán contando es que las festividades de fin de año, seguidas de la época de vacaciones, produzcan un estado somnoliento en la ciudadanía y en los legisladores que están en contra, un letargo que favorecería sus planes de alcanzar los ansiados votos en la Cámara de Senadores con un golpe de sorpresa.


Se debe tomar en cuenta que en este asunto existen tres factores a considerar: que el objetivo que están persiguiendo –la reelección– posee un inmenso valor en efectivo para ellos; que esas personas carecen por completo de límites y de escrúpulos; y que disponen de enormes recursos para comprar voluntades o someter a los renuentes.


Ante estas considerables ventajas, la ciudadanía tiene a su favor solamente la sensatez y el patriotismo de cierto número de senadores; que si bien fueron suficientes para frenar por el momento a los ambiciosos, se está ante una situación en equilibrio muy precario que podría cambiar en cosa de horas.

Si son tan cínicos y descarados que anuncian que pueden seguir acechando, que el tiempo les sobra para descargar su golpe, sin importarles un bledo que los temas realmente importantes para el país se posterguen o se olviden, entonces ya no queda nada por adivinar respecto a cuál será su táctica y hasta qué extremo están dispuestos a llegar.


La ciudadanía debe mantenerse muy alerta en estas semanas que siguen. Si los reeleccionistas del cartismo y del luguismo llegan a formar un frente común, habrán ganado la batalla de los votos necesarios. Algunos declararon descaradamente que consideran ilegal el método de la enmienda, pero que por uno u otro motivo –léase dinero– están dispuestos a impulsarlo.


Con toda seguridad, el segundo tiempo se jugará en la Corte Suprema de Justicia, con una acción de inconstitucionalidad que van a interponer los perdedores. Aquí se puede dar por descontado que los magistrados (cuya supervivencia en sus cargos está en manos de los “reeleccionistas”) que tomen el asunto en sus manos fallarán a favor del poder de turno y de ningún modo en su contra. Dirán que todo es “normal”, que la reelección insertada por la vía de la enmienda “no” es inconstitucional.


Clausuradas esas vías institucionales por los reeleccionistas que impulsan la vía de la enmienda, ya no quedará ningún obstáculo delante de ellos, más que el referéndum.


Entonces, la ciudadanía tiene que comenzar a prepararse para una campaña electoral en la que se luchará con todas las armas políticas sucias imaginables, es decir, con el dinero, con los cargos públicos, con el amedrentamiento, con las represalias y con las trampas. Por supuesto, los recursos del Estado serán usados a discreción por quienes tienen en sus manos el Gobierno de la República, para hacer el “rekutu” de su caballo. La situación de crispación en la que los ambiciosos sin medida ni límites morales ponen a la ciudadanía de este pobre país, como puede advertirse, es gravísima.


La consigna de esta lúgubre hora, para los ciudadanos y las ciudadanas de bien, que piensan que la Constitución debe ser cumplida y están decididos a luchar para impedir que con su violación se establezca un precedente nefasto para el futuro, es mantener toda la atención sobre los senadores dubitativos o los que están siendo tentados con cuantiosos sobornos y promesas.


La ciudadanía paraguaya está suficientemente ilustrada acerca de los riesgos que conlleva sentar un precedente como el que se prepara en la cocina de Cartes y de Lugo. Hay que resistir a los usurpadores “por todos los medios al alcance”, como reza el Art. 138 de la Constitución, en defensa de la validez del orden jurídico.


A los reeleccionistas que pugnan por tomar el atajo inconstitucional se les debe enviar enérgica, insistente y permanentemente el mensaje de que en la sociedad paraguaya actual ya no hay lugar para un retroceso de la institucionalidad democrática; que la dictadura está para siempre fuera de la ley y que quienes intenten perpetuarse en el poder por vías ilícitas tendrán en las calles a un pueblo combativo y combatiente.


Fuente: www.abc.com.py/


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