Internet sepultará al primitivismo político
- R Itape
- 16 jun 2017
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Según un sondeo realizado por Unicef entre adolescentes de 10 a 17 años que asisten a 20 centros educativos de Asunción y de los departamentos Central, Cordillera y Caaguazú, el 78% de ellos accede a internet más de tres días a la semana y el 90% de los de 15 y 17 años posee un teléfono conectado a dicha red mundial. Más allá de algunas desventajas que se han mencionado de esa situación, cabe destacar el impacto que esta irrupción de internet en nuestra sociedad tendrá en la cultura cívica de las actuales y futuras generaciones de paraguayos. Hoy ya no hace falta disponer de una biblioteca para lograr una buena formación cultural. Nuestros politicastros se valen de la ignorancia en la que mantuvieron y mantienen a sus conciudadanos para llegar al poder y vivir a costa de ellos, en vez de promover su bienestar. Esta situación está cambiando. Internet es un excelente antídoto contra la falta de información que favorece a los políticos mafiosos. Los paraguayos debemos ser cada vez más exigentes con quienes se lanzan al ruedo político. Estamos, así, frente a un imparable proceso de apertura que conducirá ineludiblemente a la superación del primitivismo político del que aún hacen gala los que mandan en nuestro país.
Según un sondeo realizado por la Unicef entre adolescentes de 10 a 17 años que asisten a 20 centros educativos de Asunción, así como de los departamentos Central, Cordillera y Caaguazú, el 78% de ellos accede a internet más de tres días a la semana y el 90% de los comprendidos entre los 15 y los 17 años posee un teléfono conectado a dicha red mundial.
Estos impresionantes datos muestran que los chicos de hoy se hallan estrechamente vinculados con un espacio virtual en el que encuentran entretenimientos, informaciones y mensajes del más variado origen. Ellos ya viven, desde su temprana edad, en una era cibernética que les permite interrelacionarse mucho más allá de su entorno inmediato y hasta fuera de las fronteras del país. Son los llamados “nativos digitales”.
Se dirá que muchos de esos adolescentes provienen de hogares carenciados y que sus padres deberían priorizar sus necesidades básicas, como una alimentación adecuada, antes que destinar sus magros ingresos a la compra de un “smartphone” y de los “paquetes” correspondientes. La observación es razonable, pero la verdad es que el afán de las modernas generaciones de acceder a las nuevas tecnologías de la información y la comunicación es tal que resulta casi imposible negarles esa posibilidad que les abre infinitas puertas.
En la otra cara de la moneda está que el abuso de su utilización puede generar una adicción que desligue a los usuarios de la vida real y los sumerja en una virtual, en la que solo se convive con una pantalla, mientras se ignora a familiares y amigos de carne y hueso. Para evitarlo, es preciso que los padres ejerzan la autoridad que les corresponde y que pongan límites a la “navegación” excesiva, dialogando más con sus hijos y orientándolos en la materia.
También es necesario que los progenitores adviertan a sus niños del riesgo que supone entrar en contacto a través de las redes sociales con personas extrañas, dado que pueden ser engañados y hasta victimizados por sus nuevos “conocidos”. En tal sentido, la citada encuesta reveló que seis de cada diez adolescentes se habían reunido con una persona que resultó no ser la misma que la que creyeron haber conocido en las redes sociales, y que el 14% de ellos fue objeto de algún tipo de trato deshonesto. Ante ese riesgo, que también en nuestro país sería bastante alto, se aconseja conversar con los jóvenes para concienciarlos sobre los peligros que conlleva el mundo digital. Es saludable, pues, que la Unicef lance ahora la campaña “Lo digital es real”, que incluye guías metodológicas para ser empleadas en las escuelas con el fin de prevenir situaciones de explotación sexual infantil y adolescente que podrían derivar del uso de internet.
Dicho todo lo cual, cabe destacar el impacto que esta irrupción de internet en nuestra sociedad tendrá en la cultura cívica de las actuales y futuras generaciones de paraguayos. Vaya por delante que todo cuanto contribuya a enriquecer el conocimiento debe ser bienvenido. Hoy la posibilidad de obtener información es mayor que nunca, gracias justamente a esa red mundial a la que se conectan incluso personas de bajos ingresos.
Hoy ya no hace falta disponer de una biblioteca para lograr una buena formación cultural: basta con apretar un botón para satisfacer aunque más no sea una curiosidad que se tenga en algún campo del saber. Esa ampliación del horizonte personal también brinda la ocasión de comparar nuestro país con otros lugares del planeta y darse cuenta de que lo que aquí ocurre no es necesariamente inevitable. En particular, sirve para advertir que nuestro cavernario sistema político y la conducta de nuestros dirigentes deben ser notablemente mejores que los que hoy exhiben. Claro que también se podría concluir que la corrupción existe en todas partes y que, en consecuencia, la que aquí padecemos es algo de lo más normal. Sin embargo, antes que ese consuelo de tontos, se deberían extraer lecciones útiles y necesarias, como lo muestra el caso brasileño: la corrupción ha sido espantosa, pero, a diferencia de nuestro país, la Justicia, el Ministerio Público y la Policía Federal están actuando con independencia para que poderosos políticos y empresarios ladrones no queden impunes.
Nuestros politicastros se valen de la ignorancia en la que mantuvieron y mantienen a sus conciudadanos para llegar al poder y vivir a costa de ellos, en vez de promover su bienestar. Toman por asalto las instituciones, sabiendo que los votantes nos les pedirán cuentas, como lo hacen los de otros países cuando sus representantes exhiben su inmundicia moral e intelectual. Esto es posible hasta hoy porque esos “representantes” son elegidos por “listas sábana” preparadas por los capitostes de los partidos tras un remate de los puestos en ellas al mejor postor.
Esta situación está cambiando. Internet es un excelente antídoto contra la falta de información que favorece a los politicastros mafiosos, quienes, por otra parte, no tienen la menor idea de sus tremendas limitaciones. Las computadoras y los “smartphones” nos están enlazando con el ancho mundo en el que aparecen alternativas frente a los vicios locales, a los que debemos combatir. En consecuencia, los paraguayos debemos ser cada vez más exigentes con quienes se lanzan al ruedo político. Impresentables que acceden a los cargos gracias a su poder o al dinero sucio deben ser desenmascarados a través de las redes; así tendrán cada vez más dificultades para engañar a la gente con falsas promesas.
Estamos, así, frente a un imparable proceso de apertura que conducirá ineludiblemente a la superación del primitivismo político del que aún hacen gala los que mandan en nuestro país.
Fuente: www.abc.com.py/