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Polémico anticonceptivo para niñas y adolescentes

  • Por Pablo Gastón Ortiz, Abc TV
  • 4 ago 2017
  • 4 Min. de lectura

Una profesional en endocrinología ginecológica y bioética explica por qué no coincide con el plan del Ministerio de Salud de ofrecer a niñas y adolescentes que fueron madres, un anticonceptivo que se coloca debajo de la piel y que dura hasta cinco años.

"El hecho de tener un método anticonceptivo definitivo le expone a la mujer a más abuso, ya que estamos hablando de adolescentes; como así también a más enfermedades de transmisión sexual”, afirma en una entrevista a Abc TV la ginecóloga, endocrinóloga reproductiva y especialista en bioética, Angélica María Sarmiento.


Es que Salud Pública recibió como donativo un lote de 800 de estos anticonceptivos que se ofrecerán -en una primera etapa- a las niñas y adolescentes que fueron madres.


El objetivo es evitar nuevos embarazos no deseados, pero la profesional sostiene que este implante no es la mejor opción desde el punto de vista ginecológico y endócrino, ya que una adolescente (y menos una niña) aún no tiene desarrollado el sistema hormonal que regula la maduración y funcionamiento de los órganos reproductivos.


“Hoy en día a nivel mundial se constata una epidemia de infertilidad y todas estas ‘campañas anticonceptivas’ que se implementan cada vez a edades más precoces, tienen también una influencia en este drama”, recalca la profesional.

POLÉMICO ANTICONCEPTIVO


La controversia por estos implantes se desató cuando las autoridades del Ministerio de Salud anunciaron que podrán colocarlos a pesar de que los padres se opongan, aunque aclararon que será siempre y cuando las niñas o adolescentes den su consentimiento en una planificación familiar.


La médica Angélica María presta servicios en el Puesto N° 9 del barrio Ciudad Nueva de Asunción y trabaja en ésta área, pero dejó en claro que no ofrecerá a sus pacientes menores de edad dicho método anticonceptivo, porque sostiene que puede ocasionar graves daños a la salud reproductiva.


Para colocar el implante se debe realizar pequeña cirugía o una inyección.


“Los anticonceptivos son drogas. No son remedios porque no curan nada; la fertilidad no es una enfermedad (...) desde el momento en que se pone dentro del cuerpo de una mujer una droga para volverla infertil, estamos alterando el funcionamiento normal de sus órganos reproductivos” que es la producción alternada de las hormonas estrógenos y progesterona, según cuenta.


Recalca que el efecto es que la mujer deje de ovular y como consecuencia deja de producir progesterona natural y así se suprime el funcionamiento cíclico-hormonal. Esto a su vez tiene influencia sobre todos los demás órganos del cuerpo. “Esta droga se metaboliza a nivel hepático haciendo que puedan tener quistes hepático. Tiene efectos sobre la metabolización de hidratos de carbono y de lípidos; tiene efecto sobre el sistema cardiovascular haciendo que las mujeres tengan un aumento en la presión arterial; tiene efecto también a nivel de la psiquis de la mujer porque la falta de alternancia (de las hormonas estrógenos y progesterona) puede tener efectos colaterales psicológicos”, expresa.


Este implante es un mecanismo definitivo con una duración de entre tres a cinco años y Angélica Sarmiento sostiene en todo caso son los padres los que deberían dar el consentimiento, teniendo en cuenta primero las consecuencias a corto y mediano plazo que va a tener en el cuerpo de sus hijas. “Hay que hacer una minicirugía o una inyección que puede dejar una cicatriz”, recuerda.

OTRAS CONSECUENCIAS


La especialista también estima que puede haber consecuencias en el comportamiento sexual, ya que una niña que sabe que tiene una droga que le está causando una esterilidad temporaria, podría ser menos responsable a la hora de evitar infecciones venéreas.


El implante es visible.


“Si no tiene miedo del embarazo es muy probable que no utilice un método de barrera y por lo tanto se le está exponiendo a estas adolescentes (y niñas) a contagiarse de cualquier enfermedad de transmisión sexual”. Igualmente, también puede aparecer otro problema: el bullying o acoso escolar. Resulta que el implante, que se coloca en el antebrazo y por debajo de la piel, es notorio a la vista. “Estaría delantándola ante los compañeros y las demás personas de la sociedad de que ella tiene un método anticonceptivo porque se pone en el brazo y es visible”.


El Ministerio de Salud cuenta actualmente con una pequeña cantidad, pero dependiendo de cómo avance la campaña se podrían comprar nuevos lotes y ofrecer el implante a la población femenina en general, explicó Lida Sosa, de la Dirección General de Programas de Salud de la cartera sanitaria. La donación es del Fondo de Población de las Naciones Unidas y posteriormente ofrecerá este anticonceptivo con un precio preferencial para el gobierno de Paraguay.

ÉTICA FRENTE A LA VIDA


Angélica Sarmiento es especialista en ginecología, obstetricia, endocrinología ginecológica y reproductiva, como así también tiene un postgrado en Bioética.


Esta última es una rama de la ética que se enfoca en la correcta conducta del humano con respecto a la vida, tanto humana como animal o vegetal. Estudia cuestiones polémicas como el aborto, la fecundación in vitro, los alimentos transgénicos, el suicidio asistido y la eutanasia, el uso de anticonceptivos, entre otros temas que representan controversias morales en las ramas de la medicina, del Derecho, la biología, política, etc.


Fuente: www.abc.com.py/


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