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Luz verde para narcos y contrabandistas

  • Foto del escritor: R Itape
    R Itape
  • 4 ago 2017
  • 5 Min. de lectura


Con el indudable propósito de seguir recibiendo dinero sucio para sus campañas, y a platazo limpio continuar secuestrando la voluntad de los paraguayos y las paraguayas a la hora de elegir a sus autoridades principales, los legisladores demoran con cualquier pretexto la aprobación de la ley sobre el financiamiento político y el desbloqueo de las “listas sábana”. Desde hace años vienen negándose, sin manifestarlo explícitamente, a transparentar los manejos de los aportes y contribuciones en las elecciones internas y a permitir que el elector pueda elegir al menos a uno de los candidatos que integran la nómina. Actualmente, se le presenta en la mesa de votación una “lista sábana”, en la que figuran ejemplares de la peor especie de nuestra fauna política, sin posibilidad de cambiar absolutamente nada con su voto. En las actuales condiciones narcotraficantes, lavadores y contrabandistas podrán influir fuertemente en la composición del Congreso o de las Juntas Departamentales y Municipales, financiando a quienes de entrada se postulan en las elecciones internas de los partidos tradicionales. Le temen a la transparencia del financiamiento porque tienen mucho que ocultar y le temen también a la libertad del elector.


Con el indudable propósito de seguir recibiendo dinero sucio para sus campañas, y a platazo limpio continuar secuestrando la voluntad de los paraguayos y las paraguayas a la hora de elegir a sus autoridades principales, los legisladores demoran con cualquier pretexto la aprobación de la ley sobre el financiamiento político y el desbloqueo de las “listas sábana”.

Desde hace años vienen negándose, sin manifestarlo explícitamente, a transparentar el manejo de los aportes y contribuciones en las elecciones internas y a permitir que el elector pueda elegir al menos a uno de los candidatos que integran la nómina. Actualmente, se le presenta en la mesa de votación una “lista sábana”, en la que figuran ejemplares de la peor especie de nuestra fauna política, sin posibilidad de cambiar absolutamente nada con su voto.

El último episodio de la siniestra farsa montada para burlarse de la ciudadanía se consumó el pasado miércoles, cuando el pleno de la Cámara de Diputados quedó sin quorum en el momento en que se tenía que estudiar la ampliación de la Ley de Financiamiento Político.

Para el próximo miércoles están previstas las deliberaciones sobre la posibilidad de que los electores dirijan su voto al menos en un caso de las “listas sábana”, alterando el orden que establecieron los capitostes de los partidos al elaborarlas; mientras tanto están obligados a aceptar los nombres y la ubicación en las listas.

En uno y otro caso ya no habrá tiempo para que se puedan aplicar las modificaciones que se resuelvan, dado que el 21 de agosto próximo la Justicia Electoral convocará a los comicios internos del 17 de diciembre. Por de pronto, las perversas dilaciones provocadas facilitarán que el dinero del narcotráfico y el contrabando siga fluyendo en las próximas campañas electorales, y que los votantes deban aceptar las listas tal como fueron elaboradas por los caciques partidarios en pugna.

En cuanto a la primera cuestión, cabe subrayar que la hasta ahora inexistente regulación del financiamiento de las campañas electorales internas reviste mayor importancia que la referente a las contribuciones previas a unos comicios generales o municipales. Efectivamente, sobre todo en los dos partidos mayoritarios, la lucha por obtener un buen lugar en la lista a ser presentada en los comicios nacionales puede calificarse de feroz: los “precandidatos” vuelcan en ella ingentes recursos monetarios propios y los que consigan de oscuras fuentes ocultas, confiados en que, una vez logrado un puesto de privilegio, ya no tendrán que seguir invirtiendo tanto dinero en las generales, pues sus correligionarios votarán de todos modos por la lista “sábana” del partido. Por ese motivo, es en las internas partidarias donde se pone toda la carne en el asador.

En las actuales condiciones, narcotraficantes, lavadores y contrabandistas podrán influir fuertemente en la composición del Congreso o de las Juntas Departamentales y Municipales, financiando a quienes de entrada se postulan en las elecciones internas de los partidos tradicionales.

El financiamiento con dinero sucio de las campañas electorales de los comicios internos se halla estrechamente ligado a la rigidez de las “listas sábana”, pues una vez que la mafia haya instalado en ella a uno de los suyos, el elector deberá aceptarlo, sin poder apoyar a otro de su preferencia. Se entiende así que diputados y senadores que hayan obtenido sus curules de esta turbia manera –que por el resultado parece ser mayoría– no tengan el menor interés en que se rindan cuentas de los gastos en las campañas electorales internas y que las listas dejen de ser “cerradas”. Le temen a la transparencia del financiamiento, porque tienen mucho que ocultar, y le temen también a la libertad del elector, porque ella podría impedirles conquistar el escaño desde el cual, entre otras cosas, puedan devolver el interesado favor recibido a través del tradicional tráfico de influencias. Entonces, de poco va a servir que se regule con rigor el financiamiento de las campañas electorales nacionales si el de las internas escapa a cualquier control.

De hecho, la clave está en los comicios internos, de donde surgen las candidaturas, cuyo ordenamiento no podrá ser alterado, tal como están las cosas. Puede que, mediante una concesión graciosa a la ciudadanía, los legisladores lleguen incluso a mejorar, antes de fin de año, las disposiciones del la Ley Nº 4743/12, desechando de una vez el engendro aprobado y luego anulado en julio último. Pero esas nuevas normas ya no regirán para los comicios internos venideros, de modo que se llegará a los generales de 2018 con unas “listas sábana” conformadas y votadas bajo el influjo del dinero sucio, porque los legisladores pusieron máximo empeño en no sancionar la ley en tiempo oportuno.

Es evidente que los legisladores tienen la aviesa intención de que continúen los mismos mecanismos que hoy les resultan tan beneficiosos. ¿Por qué alterarían las reglas del juego si con el vacío legal existente desde hace tanto tiempo pudieron financiar sus campañas electorales internas sin que ni el origen ni la cuantía de sus fondos hayan salido a la luz?

Es de suponer que los jefes del crimen organizado, los grandes contrabandistas y los malversadores de fondos públicos, entre otros delincuentes, se estarán restregando las manos con el resultado obtenido con su presión a sus socios congresistas. Tienen, una vez más, la ocasión de realizar excelentes “inversiones” para las internas del 17 de diciembre, cuyos dividendos podrán ser recogidos a partir del 15 de agosto de 2018.

Ante esta intolerable esclavitud política, los ciudadanos y las ciudadanas deben manifestarse con firmeza en las calles para impedir que se les siga secuestrando su voluntad en las urnas, y que diputados y senadores bandidos surgidos de las “listas sábana” y financiados con dinero negro continúen gobernando a su antojo el país.


Fuente: www.abc.com.py/


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