¿Es el fideicomiso el camino?
- R Itape
- 4 oct 2017
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El Instituto de Previsión Social (IPS) está en vías de constituir un fideicomiso de titularización, administración y pago mediante el cual se propone destinar alrededor de US$ 150 millones de sus fondos jubilatorios para financiar infraestructura en el área de la salud. Se trata de una operación que conlleva riesgos. Primero, ¿qué es un fideicomiso? El concepto deriva de la palabra fides, fé, asociada al término commissus, comisión. Consiste en un contrato mediante el cual el fideicomitente –IPS- entrega dinero de los haberes jubilatorios a un agente fiduciario –un banco privado- a fin de que los coloque en operaciones en el circuito comercial. En una supersíntesis, el IPS se presta dinero a sí mismo. El contrato requiere la aprobación del Banco Central del Paraguay (BCP).
Las precauciones y prevenciones en el uso de fondos jubilatorios parten del propio IPS, un organismo complejo en el que tienen mucho que decir jubilados, pensionados, patronos y hasta el Estado paraguayo el cual, sin embargo, tiene pocas herramientas de control.
“La principal fiscalización del movimiento financiero del Instituto –señala una cartilla del ente- está a cargo de la Contraloría General de la Nación (debería decir República), entidad que designa a un síndico que participa de las sesiones del Consejo de Administración del IPS pero sin voto”.
Tres años atrás, en setiembre del 2014, el IPS se oponía a la ley 5074 que autoriza al Estado paraguayo a utilizar fondos previsionales en obras de infraestructura. Advertía entonces que para cubrir esas operaciones no existe el marco regulatorio que permita que los fondos citados sean invertidos a largo plazo, ni un mercado secundario que dote de liquidez a los eventuales instrumentos financieros. También señalaba la carencia de un sistema de supervisión o de órgano alguno que controle las inversiones emergentes. Entendemos –expresa el documento- que antes de crear cualquier mecanismo innovador de inversiones de los fondos previsionales, primero debe existir un marco jurídico y financiero adecuado.
Ninguna de esas causales parece haber caído hasta ahora. Sigue faltando la Superintendencia de Fondos Jubilatorios que -tal como hace la de Bancos y Financieras- “vele, mediante una vigilancia preventiva y continuada, por la integridad y efectividad de sus recursos propios, por la calidad y dispersión de sus riesgos, por la idoneidad del proceso de gestión y control ejercido por sus administradores… y por el mantenimiento de niveles de liquidez y métodos de administración prudentes”. Todo intento de crear esta institución ha tropezado con la oposición sistemática de sectores del propio IPS, en especial, de sus directos beneficiarios, los jubilados y pensionados
Tal vez la fiducia sea un paso apropiado en la dirección correcta. Pero, dada la ausencia de mecanismos apropiados de control ¿quién podría asegurarlo?
Fuente: www.5dias.com.py/